Esta enfermedad ocurre con mayor frecuencia en zonas altas, frescas y húmedas, donde la temperatura oscila entre los 17 a 22°C y con humedad relativa alta, mayor a las 75%, nubosidad continua, suelos con nivel freático altos, pesados con tendencia al encharcamiento, altas dosis de fertilización nitrogenada, la humedad de la noche y mañana en las hojas favorecen la infección y establecimiento de los patógenos, además estos pueden sobrevivir en desechos o residuos de cosecha anteriores por tres o más meses.
Al inicio de la enfermedad la planta presenta pequeños puntos negros en las hojas, alrededor de estos puntos aparece un halo color amarillo que, al incrementar la infección, se dispersa, crece y se unen hasta cubrir totalmente la hoja, causando resequedad y finalmente la muerte de la planta. Si la enfermedad aparece en etapas tempranas antes del llenado de las mazorcas, estas pierden peso y los granos se quedan chupados y flojos, además tienden a germinar prematuramente, aun estando en la planta.